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INNOVACION Y TECNOLOGIA PARA LA GESTION SANITARIA

viernes, 18 de enero de 2013

La mala senda de la sanidad publica


La mala senda de la sanidad pública

Es suicida pensar que los sanatorios y clínicas privadas pueden ser la alternativa a la enorme complejidad de la medicina moderna en red. Lo sensato es defender y reformar la gestión del modelo actual.

JOSÉ R. REPULLO 18 ENE 2013 - 00:04 CET

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ENRIQUE FLORES
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Algunas comunidades autónomas lo tienen claro: no les gusta la provisión pública de servicios sanitarios y prefieren contratar servicios al sector privado. Su argumento es simple: la privada sale más barata. Parafraseando el aforismo chino, el “gato privado” caza los ratones de la enfermedad con menor coste que el “gato público”. Y como lo que importa es cazar ratones al menor precio, pues la decisión parece sencilla. El radicalismo con el que practican esta creencia los Gobiernos del Partido Popular en Valencia y Madrid rompe el consenso que los grandes partidos tenían hasta 2008 para sostener el Sistema Nacional de Salud con una estructura de provisión pública dominante.
Y para demostrar su tesis, abandonan a su suerte a los hospitales públicos de gestión directa, renunciando a mejorar su gestión, y usándolos como reservorio para extraer recursos, soportar ajustes, asignar funciones y pacientes caros y evacuar la entropía que generan las externalizaciones. Es la profecía autocumplida: “Digo que no funcionan y me aseguro de que no lo hagan”.
El problema es demasiado importante y complejo como para despacharlo con simples prejuicios doctrinarios: los cambios en políticas de esta envergadura deberían asumir la carga de la prueba, máxime cuando a nivel internacional encontramos que la externalización a hospitales gestionados por empresas con ánimo de lucro es minoritaria, frente a modelos públicos (administrativos o empresariales), profesionalistas, cooperativos o fundacionales. Por algo será…
“Bueno, bonito y barato a la vez… difícil es”. Pero lo muy barato, si no aporta valor, es ineficiente: lo importante no es a cuánto sale una placa, una analítica o una operación quirúrgica (aunque conviene que los costes unitarios sean razonables); lo relevante es qué resultados en salud se obtienen en una población dada a partir de unos recursos empleados.
Las intervenciones son instrumentales para conseguir mejoras en salud; y por eso hay que desconfiar de quien se ufana en mostrar que le salen más baratas. Lo barato a corto puede salir inmensamente caro a medio y largo plazo. Lo que puede funcionar para una demanda complementaria y de baja complejidad en el sector privado puede ser deletéreo para el trabajo en los hospitales generales que son responsables de la salud de un territorio y población.
La gestión de los centros públicos ha mejorado, pero el avance ha sido lento y a contracorriente
En los centros públicos hay (o había) estabilidad y seguridad presupuestaria y de empleo, lo que fideliza al personal y favorece construir comunidades de aprendizaje y práctica profesional. Lo malo es que también produce rigidez y localismo en las plantillas y dificultad para estimular la productividad (los incentivos son muy “blandos”). A falta de dinero, la motivación se nutre de la reputación y prestigio, lo que favorece la calidad y la innovación tecnológica y da cabida fácilmente a las cuasi altruistas funciones docentes e investigadoras.
La gestión de los centros públicos ha mejorado, pero el avance ha sido lento y a contracorriente por tres factores: la inflexibilidad procedimental administrativa, la renuencia política a dar autonomía y profesionalizar la gestión y la hostilidad miope del sindicalismo ante las propuestas de modelos de “empresarialismo público”.
La dificultad para transformar la gestión administrativa lleva a finales de los años noventa a ensayar en centros de nueva creación (hospitales comarcales y de menor tamaño) las llamadas “nuevas formas de gestión” (fundaciones, empresas públicas y consorcios). Y además son la fórmula perfecta para atender a las exigencias locales y capitalizar políticamente la inversión sanitaria. Toda la atención política se vuelca en las “lanchas rápidas” hospitalarias, abandonando a los “grandes transatlánticos” a su lenta deriva administrativa y a su función de soporte de los pequeños centros.
La “sanidad privada” engloba muchas cosas diferentes: clínicas donde los médicos llevan a tratar a sus pacientes; hospitales benéficos y sin ánimo de lucro (larga estancia, psiquiátricos…) y también algunos hospitales generales (pocos) con plantilla médica propia (vinculada salarialmente). Frente al tamaño medio de los hospitales públicos de 416 camas, las clínicas tienen menos de 90 y los centros benéficos, 170.
El sistema de colaboración público-privada iniciado en Valencia y seguido en Madrid crea un nuevo modelo concesional donde la financiación pública se traslada a una entidad privada con ánimo de lucro que construye y presta todos los servicios asistenciales para una población; el tamaño medio de los nueve hospitales existentes es de menos de 250 camas; a este sector se incorporarían los seis hospitales de modelo mixto (parte sanitaria pública y no sanitaria privada) que Madrid quiere privatizar completamente en este año.
La lógica privatizadora produce fragmentación, mercadeo y miopía para tener beneficios a corto
Los incentivos y comportamientos de estos modelos son muy diferentes; donde domina la autonomía profesional, el ethos comercial está mitigado por la cultura médica (reputación, compasión, ética, deontología, etcétera). Pero la historia es diferente cuando existe una empresa con un fuerte ánimo de lucro y accionistas lejanos, miopes y exigentes (capital especulativo); máxime cuando pueden movilizar poderosos incentivos y el mercado profesional está precarizado. No solo la práctica médica autónoma está afectada; es el propio paciente el que está en riesgo.
Es temerario pensar que toda la red hospitalaria pública pueda basarse en los modelos de externalización que se han experimentado para hospitales de tamaño mediano o pequeño en estos años; y es simplemente suicida pensar que los sanatorios y clínicas privadas puedan ser la alternativa a la enorme complejidad de la medicina moderna en red. Ambos modelos pueden tener una función complementaria, pero es insensato imaginarlo como esquema dominante o único.
Además, el ánimo de lucro en el corazón de los servicios sanitarios públicos llevará a una quiebra moral y cultural irreparable. Esto es lo que han entendido los médicos de Madrid, incluso aquellos que ideológicamente son afines al Partido Popular, o los que participan en elmix público-privado que hoy existe entre el puesto público de la mañana y las consultas y operaciones privadas por la tarde.
Los que tienen el conocimiento profesional y experto saben de sobra que la excelencia en la medicina actual depende de consolidar una red entre niveles (alta especialización, hospital, primaria, urgencias y socio-sanitario), para trabajar integradamente por procesos, enfermedades y casos. Esto exige planificación territorial, cooperación y una base muy sólida de profesionalismo y gestión clínica. La lógica privatizadora va en sentido inverso: fragmentación organizativa, mercadeo de procedimientos singularizados, desestructuración competitiva en la relación de oferta y demanda, pérdida de longitudinalidad y miopía a la hora de realizar beneficios a corto y diferir esfuerzos y compromisos a largo plazo.
Lo sensato es partir de la actual red de atención hospitalaria y primaria públicas para producir los cambios necesarios que permitan estimular su efectividad, seguridad, calidad, equidad y eficiencia.
Hasta ahora ha sido imposible cambiar las reglas de gestión de los hospitales públicos de gestión administrativa o de los centros de salud de la atención primaria; el conservadurismo de los agentes y el sopor que producía el crecimiento presupuestario bloqueaban las transformaciones. Hoy ambos factores han desaparecido ante los brutales retos a los que se enfrenta el Sistema Nacional de Salud. Es el momento de poner en marcha una reforma con apoyo de todos, que rediseñe el modelo de gestión de instituciones y personal al servicio de la sanidad pública y permita una gestión emprendedora basada en la transparencia, rendición de cuentas y normas de buen gobierno y gestión de lo público.
Tocaría indagar si hay suficiente responsabilidad en el Gobierno, sensatez en el PP, reformismo en el PSOE, inteligencia en los sindicatos y generosidad en los profesionales para emprender una senda regeneracionista en la gestión pública de los centros sanitarios y unidades clínicas. Muchos estamos convencidos de que se trata de la única opción que nos permitirá legar a la siguiente generación un Sistema Nacional de Salud que merezca tal nombre.
José Ramón Repullo Labrador es médico y experto en Planificación y Economía de la Salud.
Publicado por Joaquin Garcia Guajardo en viernes, enero 18, 2013 No hay comentarios:
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miércoles, 16 de enero de 2013

Investiga en su tesis doctoral cómo mejorar el modelo de comunicación para dispositivos médicos y de salud personal


Miguel Martínez de Espronceda Cámara es ingeniero de telecomunicación por la UPNA
zoomMiguel Martínez de Espronceda
Miguel Martínez de Espronceda
Miguel Martínez de Espronceda ha investigado en su tesis doctoral cómo optimizar la implementación del estándar para comunicaciones de dispositivos médicos y de salud personal, cada vez más utilizados gracias al avance de las tecnologías inalámbricas y al uso de teléfonos inteligentes.
Hoy en día existen dispositivos de salud personal como tensiómetros y glucómetros que, vía tecnologías inalámbricas como Bluetooth, transmiten los datos automáticamente del paciente al especialista médico, desde los dispositivos de salud personal a la “nube”. El reto está ahora en que muchos de esos dispositivos utilizan un protocolo de comunicación propio de cada fabricante, que hace difícil el intercambio de datos. “Mi tesis —explica este investigador— ha contribuido al desarrollo del nuevo estándar de interoperabilidad, cuyo objetivo es definir un lenguaje y terminología común para comunicaciones entre este tipo de dispositivos”.
El grueso del sector industrial dedicado a la materia apoya, a través del consorcio Continua Health Alliance, ese estándar de interoperabilidad, que funciona perfectamente y está empezando a ser adoptado por los fabricantes. “Ha sido necesaria la colaboración de un gran número de expertos para la creación de este nuevo estándar, de modo que recoja la totalidad de la experiencia (know-how) acumulada por los investigadores que trabajamos en este ámbito”, señala.
Uno de los aspectos clave es la optimización del estándar, de manera que se requiera la mínima cantidad de recursos hardware para implementarlo. En este sentido, Martínez de Espronceda ha desarrollado una herramienta de ayuda que, empleando una serie de algoritmos propios, es capaz de generar el código fuente que implementa el estándar. “Con esta herramienta —indica—, un desarrollador que pretenda incorporar el estándar a un nuevo dispositivo, lo tiene muy fácil. Solo necesita definir su modelo y la herramienta automáticamente genera todo el código fuente del programa. Y además, el resultado es de muy alta calidad”.
Gracias a esa herramienta, se consigue reducir drásticamente el coste de desarrollo y fabricación de dispositivos de salud personal interoperables y de bajo consumo. Esto, a juicio del investigador, “puede ser un factor decisivo a la hora de impulsar la adopción del estándar por parte del fabricante”.
La tesis doctoral de Miguel Martínez de Espronceda, “Analysis of a novel patterns-based methodology to implement interoperability in personal health devices”, ha sido dirigida por el profesor Luis Serrano Arriezu, del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de la UPNA, y ha obtenido la máxima calificación. Martínez de Espronceda trabaja en la actualidad en la Universidad Pública de Navarra como colaborador de proyecto. Ha participado en ocho proyectos de I+D financiados en convocatorias públicas y es coautor de otros tantos artículos publicados en revistas científicas especializadas. Asimismo, cuenta con más de 23 contribuciones a congresos nacionales y 16 internacionales y es coautor de la patente en explotación de un dispositivo para la medición del registro electrocardiográfico y del método asociado a dicho dispositivo.

 
Publicado por Joaquin Garcia Guajardo en miércoles, enero 16, 2013 No hay comentarios:
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viernes, 11 de enero de 2013

Educación siglo XIX con tecnología siglo XXI



Ir a la escuela hoy es como entrar al túnel del tiempo. Los alumnos entran al siglo XX en la mañana para regresar a su hábitat del siglo XXI al terminar el horario escolar. Un viaje al pasado sin proyección al presente y mucho menos al futuro. Profesores siglo XX dando clases siglo XIX con equipos audiovisuales e informáticos siglo XXI, que sirven de cosméticos publicitarios más que de soporte para una educación de avanzada. Confunden el aprendizaje siglo XXI con el uso de la tecnología siglo XXI, sin entender que de lo que se trata es de una nueva manera de educar a las personas. Asumen una audiencia de alumnos de un tipo que ya no existe para prepararlos para un mundo y mercado que ya no existen.
Es difícil formar alumnos sin una idea clara del resultado esperado: personas capaces de trabajar con sus mentes más que con rutinas o trabajo manual. Poco ayuda el contexto de una industria masiva de preparación para aprobar tests estandarizados con demandas de memorización disfuncional a la comprensión.
Es curioso observar cómo tantas instituciones educativas reputadas como vanguardistas no se atreven a innovar. Se aferran a lo conocido, a los valores del siglo XX, a la segmentación curricular por disciplinas, al horario de 45' por clase para luego "cambiar de canal" (otro profesor, libro, cuaderno, tema, evaluación), a la enseñanza lineal (siguiendo estrictamente un syllabus prestablecido sin tomar en cuenta las propuestas que motivan a los alumnos). Eso no conduce a la buena formación del ciudadano y profesional del siglo XXI.
La educación siglo XXI debería formar futuros ciudadanos con habilidades críticas para funcionar en la sociedad y en el mercado laboral global con creatividad, colaboración, pensamiento crítico y capacidad de comunicación. Para ello hay que usar metodologías relevantes. Es decir, trabajar con redes sociales, tecnologías móviles, computación digital y además involucrar a los alumnos en técnicas de instrucción que faciliten el aprendizaje vía discusiones en molino y grupos colaborativos. En otras palabras, necesitamos poner a los alumnos en el centro del aprendizaje y permitirles que le encuentren sentido a sus experiencias.

Publicado por Joaquin Garcia Guajardo en viernes, enero 11, 2013 No hay comentarios:
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viernes, 4 de enero de 2013

Las impresoras 3D llevan la fábrica a casa


La reproducción de objetos salta de la industria al hogar empujada por la rápida caída de precios Ya se hacen ecografías, lámparas o cartílagos humanos

Los fármacos y las armas plantean otros retos

  • Viejos interrogantes para un mundo nuevo, por L. REVENTÓS
Javier Martín 3 ENE 2013 - 22:07 CET92


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Desde hamburguesas a ropa, todo es susceptible de ser copiado. / MakerBot / Splash News


Albert Arjona se paga el máster con un negocio casero. Imprime ecografías de embarazos con su impresora 3D. “Sesenta euros con IVA y portes incluidos”, dice el barcelonés.
Desde que en 1995 a los estudiantes del MIT Tim Anderson y Jim Bredt se les ocurriera destripar una impresora para sustituir la inyección de tinta por un polvillo, las impresoras 3D han saltado de la gran industria al entorno doméstico. No es aún lo habitual, pero pronto lo será. La acelerada caída de sus costes, a una velocidad que no conocieron el ordenador ni la impresora láser, hace prever que en una década la impresora 3D será tan popular en los hogares como lo es hoy la convencional. Mientras tanto, la industria farmacéutica y médica aplica las impresoras 3D para sus investigaciones. También despachos de profesionales la incorporan para abaratar costes o ganar tiempo en sus proyectos.
Gracias a la inyección de plástico líquido o polvo de arena, de una de estas impresoras salen prótesis dentales o utensilios para el hogar pero, a diferencia de la impresora convencional, su tamaño es fundamental. Un parachoques, por ejemplo, no podrá salir de una impresora del tamaño de un microondas. Hay que construirlas a medida, al menos para la industria.
En UltraSoun3dPrinted.com se ofrecen ecografías tridimensionales. “Coloqué la página hace un mes y tengo una media de una petición por día”, dice Arjona, de 25 años. Medio año antes, este ingeniero mecánico no tenía ni idea de impresoras 3D. “Había leído bastante, pero nada práctico. Un fin de semana me fui a la tienda Reprap.com de Barcelona y salí con una bajo el brazo”. El cursillo y las piezas del aparato le costaron 900 euros en total. “Un amigo me hizo la web y otro me ayudó a montar la impresora. Coste cero y ahora me ayuda a pagarme mi máster de diseño mecánico”. Arjona tarda unas cuatro horas en imprimir la ecografía al tamaño de 100 milímetros.

más información

  • Imprimiendo (en 3D) el futuro de la biomedicina
  • El fabricante soy yo
  • ¿Cambiará la impresión 3D las reglas de la moda?
El tejano Cory Wilson también vio pronto en las impresoras tridimensionales una aplicación con futuro: la reproducción casera de pistolas. Su Wiki Weapon Project consiste en crear el diseño de un arma de plástico monouso de calibre 22 para que cualquiera se lo descargue.
Para lo bueno y para lo malo, parece que el futuro de la impresora 3D es esplendoroso. “Habrá que esperar por lo menos 10 años para crear órganos humanos funcionales”, anuncia Shaochen Chen, profesor de nanoingeniería en San Diego (EE UU). “El próximo campo de batalla de la lucha contra el crimen organizado y el terrorismo será la impresora 3D”, pronostica Marc Goodman, director de Future Crimes Institute.
Roger Uceda lleva 15 años trabajando en el futuro. Es el responsable de la tienda Repcapbcn.com, dependiente de la Fundación CIM, de la catalana Universidad Politécnica. “Lo novedoso es el salto de la industria al consumo, si no privado, sí a los despachos profesionales y pequeños negocios”, explica Uceda. “Con estas impresoras, la industria acortaba el desarrollo de un producto, pero la pequeña empresa aún no se las podía permitir. Al comienzo estos aparatos costaban un millón de euros, ahora su precio ha bajado a la quinta parte”.
Con esta caída del coste, aumenta el negocio. “Este año [por 2012] cerraremos con más de 1.200 servicios”. Su impresora 3D industrial trabaja para empresas como Seat o Volkswagen. “Las máquinas han bajado de precio, aunque los materiales no”. El caso suena a conocido: lo mismo que el de las impresoras convencionales y el precio de la tinta. “El kilo de material sale a 200 euros, imposible para un particular”, reconoce Uceda.
La tecnología 3D avanza más rápido que la del PC o la reproducción láser
Otra cosa es el 3D con código abierto. “Esa es la revolución”, afirma Uceda. Efectivamente, en su tienda cualquier curioso se puede llevar una impresora 3D por 600 euros. Y el coste del kilo de material baja a 20. “La precisión”, advierte Ucede, “no es igual a una industrial, pero suficiente para trabajos profesionales”. En 2012, más de un centenar de personas se llevaron de esta tienda una impresora doméstica. “Algunos compran las piezas y se la montan en casa, otros aquí”. En el blog de RepRap salen continuas actualizaciones de software para mejorar el rendimiento.
Con máquinas de código abierto como las de Reprap, Arjona se montó su negocio de ecografías; pero los principales clientes de RepRapbcn son diseñadores, ingenieros y arquitectos. Como toda gran tecnología acarreará nuevos profesionales y negocios, pero destruirá otros. Los clásicos maquetistas son carne de cañón. “Hace unas semanas llegaron un par de arquitectos franceses para seguir un cursillo”, cuenta Uceda. “Comentaban que la maqueta de un edificio les costaba, aparte de mucho tiempo, entre 2.000 y 5.000 euros. A estudios de arquitectura o de diseño les sale a cuenta tener una de estas máquinas”.
Frente al nacimiento de impresoras y repositorios de código abierto, MakerBot es la primera empresa mundial que comercializa impresoras con licencia propietaria. Posee prácticamente la cuarta parte del mercado mundial tanto de impresoras industriales como domésticas. De su último modelo, Replicator 2 ha vendido 13.000 unidades en un año a 1.660 euros. Los precios van bajando, mientras mejora la precisión. Replicator 2 consigue rebajar las capas de inyección de 270 micras al centenar.
Como suele ocurrir con los nuevos negocios tecnológicos, los avances no están protagonizados por los del mercado antiguo. HP, líder mundial de impresoras domésticas, no tiene ningún modelo 3D, como explican en su centro de investigación de Sant Cugat (Barcelona).
Una impresora tridimensional doméstica cuesta menos de mil euros
La impresora es solo parte de la solución. Tan importante como la máquina es el software, los diseños. Thingiverse, dependiente del MakerBot, es el mayor repositorio de diseños 3D en Internet. En cuatro años, la gente se ha descargado 8,5 millones de archivos entre un catálogo de 28.000 diseños de objetos. En Thingiverse pueden encontrarse muebles para la Barbie, muñecos de Playmóvil, pero también piezas industriales, objetos de decoración o anillos de boda.
Shapeways vende el diseño de objetos para que cada cual se los reproduzca en casa o los encargue. El público elige un diseño de lámpara o una pulsera, paga, se la descarga o la tienda se la reproduce y envía a casa. Se acabó el problema de los stocks.
El diseñador canadiense Samuel Bernier es uno de los que coloca sus lámparas en esta tienda. “Diseñé doce en diferentes colores, sin cambiar la estructura pero sí la textura. Tardo entre 4 y 12 horas en hacerlas, pesan entre 50 y 100 gramos y me cuesta imprimirlas menos de 5 dólares (3,7 euros)”. El precio para el público supera los cien euros.
Pero el mayor desarrollo de las impresoras 3D es en la investigación médica y farmacéutica. Organovo fue la primera empresa en comercializar una bioimpresora 3D, la NovoGen MMX. Su objetivo, reproducir tejidos humanos.
Las bioimpresoras reproducen tejidos y cartílagos humanos
Al principio, la idea era vender las máquinas a las farmacéuticas, pero luego vio que era más provechoso trabajar directamente por encargo. Pfizer y United Therapeutics son los primeros en confiar en ellos. Organovo ha hecho vasos sanguíneos, tejidos y ha recreado tumores con sus impresoras 3D. En 2010 fue distinguida por la revista Time como una de las invenciones del año, y en 2012 la MIT Technology Review la incluye entre sus 50 más innovadoras compañías.
Sus bioimpresoras emplean tinta biológica formada por células vivas para formar tejidos humanos. Básicamente, la biotinta es empleada para construir estructuras de células 3D, capa por capa, para formar el tejido. Los investigadores médicos aspiran a emplear estos tejidos como implantes en el cuerpo humano. En el departamento de Medicina Regenerativa de la universidad Wake Forest (Carolina del Norte) han conseguido reproducir piel en bioimpresoras que, colocada directamente sobre las heridas, logran la rápida cicatrización.
Tras participar en el desarrollo de Organovo, Andras Forgacs fundó Modern Meadow. La misma idea con diferente objetivo: reproducir carne, pero para consumo humano. Esta start-up, que de momento ha financiado el filántropo Peter Thiel con 350.000 dólares (265.000 euros), pretende imprimir hamburguesas, aunque en una primera etapa se contenta con cueros de animales. Forgacs pretende, antes que acabar con el hambre, salvar al mundo de su destrucción medioambiental. La empresa recuerda que para producir una hamburguesa se necesitan 189 litros de agua y 22 metros cuadrados de terreno.
Los fabricantes de maquetas pueden ser de los grandes perjudicados
El padre de Forgacs, el doctor Gabor, explicaba en una de las conferencias TEDx que no se trataba de reproducir carne de plástico. “No es carne sintética, es carne auténtica porque está hecha de sus mismas células. Creo que la mejor palabra sería vitrocarne”.
Modern Meadow promete pieles para el próximo año, pues la estructura molecular de sus células es bastante más simple que la muscular. Para la carne no hay fechas, aunque según algunos cálculos para lograrla se necesitaría una inversión de más de cien millones de euros y, de momento, no cuentan ni con medio millón.
Las investigaciones médicas tienen más respaldo financiero, público y privado, lo que redunda en unos avances para la investigación, pero también para la tecnología 3D. Hace un mes NanoLabs Parabon anunció el desarrollo de un fármaco para combatir un cáncer cerebral mortal. El fármaco fue impreso con una técnica de autoensamblaje del ADN; un programa informático de arrastrar y soltar diseñó el ADN.
“Lo que diferencia a nuestra nanotecnología de otras es la rapidez y la precisión”, explicó Steven Armentrout, de la norteamericana National Science Foundation. “Podemos imprimir, molécula por molécula, el componente que queramos en cuestión de semanas y, a veces, de días, a la medida del paciente”.
Si se logran con 3D medicinas individualizadas al tumor de cada persona mucho más sencillo será enviar a la impresora de casa las recetas médicas para que se conviertan en aspirinas. Y de la botica a la droga. Los carteles ya no tendrán que horadar más la frontera de Río Grande para pasar la droga. Adiós a mulas y camellos. Bastará con colocar en Internet el diseño del último éxtasis para que, con una clave, se bajen el material en destino con la sola ayuda de una impresora 3D. ¿Y el pago? El pago, con la moneda virtual Bitcoin —totalmente al margen de vigilancia y autoridad monetaria—. Para lo bueno y para malo, la fabricación casera será en 3D.
En noviembre, la revista tecnológica Wired se quedó sin su director. Chris Anderson se ha ido a dirigir 3D Robotics. En medio publicó el libro Fabricantes: La próxima revolución industrial. “En pocos años se venderán en los supermercados millones de impresoras 3D. Costarán 99 dólares (74,7 euros) y cualquiera podrá tener una. Con ellas, las fábricas volverán a los hogares”.
Publicado por Joaquin Garcia Guajardo en viernes, enero 04, 2013 No hay comentarios:
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País Vasco: transformando el Sistema de Salud 2009-2912


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Al término de la anterior legislatura en el País Vasco, Osakidetza presentó un informe sobre los cambios introducidos durante la misma en el sistema sanitario pues, según se pone de manifiesto en la presentación del presente documento, constituyen el inicio de un camino en el que habrá de seguir avanzando en los próximos años para lograr la transformación deseada, necesaria para garantizar la sostenibilidad del sistema y dar respuesta a las nuevas demandas de una sociedad cada vez más envejecida y con dolencias crónicas.
Publicado por Joaquin Garcia Guajardo en viernes, enero 04, 2013 No hay comentarios:
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