martes, 6 de septiembre de 2011

Unidades de procesos como base fundamental de la gestión sanitaria

Cuando el resultado de una unidad productiva se construye en base a la suma de múltiples decisiones individuales, es mucho más rentable incidir directamente en este amplio abanico de decisiones que organizar estructuras de gestión centralizada. Este es el caso de la Sanidad, en que cada vez es más evidente que para conseguir una gestión eficiente es necesaria la complicidad de los profesionales. Pero para implementar un sistema de gestión participativa es preciso la convicción y valentía de la Dirección, y también un elevado grado de madurez individual y colectiva de médicos y enfermeras.

Reformular las organizaciones sanitarias en base a Unidades Multidisciplinares de Procesos es un reto no fácil pero probablemente es una de las mejores estrategias para conseguir una gestión ágil y eficiente basada en la implicación de los profesionales. Ello es crucial para garantizar la sostenibilidad del sistema, hoy en día amenazado por el incremento de costes y la reducción de ingresos que ha propiciado la crisis económico-financiera.

Este tipo de Unidades deben organizarse alrededor de enfermedades o grupos de enfermedades prevalentes, o de enfermedades o procesos con elevado consumo de recursos. Pero sólo son viables si se identifica un claro liderazgo entre algunos de los profesionales que las van a constituir.

Las Unidades deben responsabilizarse de tener guías de práctica clínica actualizadas de las enfermedades que incluyen y que las recomendaciones de estas guías contemplen de forma explícita aspectos de coste-eficacia y de coste-oportunidad, críticos en un sistema sanitario público con recursos limitados. Además, deben identificarse los resultados de salud que quieren obtenerse y que deberán monitorizarse como cuaderno de gestión de la unidad. Es por ello que es imprescindible disponer de una base de datos sólida que incluya aquellos parámetros cuantitativos predeterminados de la evolución de los pacientes.

Las Unidades que incluyen enfermedades que precisan de un alto componente tecnológico o de conocimiento muy especializado para su resolución deben organizarse con una clara visión hospitalaria y a menudo incluyendo también profesionales de disciplinas no estrictamente sanitarias como bioingenieros o bioinformáticos. Pero las Unidades de enfermedades muy prevalentes, y especialmente aquellas con un elevado componente de cronicidad, deben organizarse en clave territorial. Es decir, agrupaciones de profesionales del ámbito hospitalario, de medicina familiar, de apoyo domiciliario y de asistencia social. Y con el soporte de estructuras ligeras como hospitales de día, dispositivos de alta resolución, “call centers”, y estructuras de hospitalización-asistencia domiciliaria apoyadas en herramientas de teleasistencia-telemonitorización.

Para obtener el máximo rendimiento de este tipo de Unidades de Procesos son necesarios tres requisitos. En primer lugar un sistema de información que garantice la comunicación y el compartir datos entre los profesionales de todos los niveles asistenciales incluidos en la Unidad, ya sea disponiendo de un historia clínica electrónica común, o como mínimo de una plataforma de interoperabilidad que comunique diferentes sistemas de información. En segundo lugar, dotar a la Unidad de una cuenta de explotación. Y en tercer lugar, un cambio en el sistema de pago que pase del actual pago por actividad a un sistema que combine el concepto de pago capitativo con el de pago ligado a resultados de salud.


                           



Josep M. Piqué es Doctor en Medicina y Director General del Hospital Clínic de Barcelona.


Publicado en "El Hospital del Futuro: Las ideas de los expertos"


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