Los hospitales deberían mejorar en la línea de la eficacia, para ello tendrían que reorganizarse sobre la base del proceso clínico y se deberían centrar más en el paciente. El objetivo de los hospitales ya no debe ser producir mucho, sino producir en base a los requerimientos del paciente en cada uno de sus estadíos, y puesto que muchas enfermedades han reducido mortalidad para aumentar en morbilidad, sin llegar a sanar, la epidemiología de la discapacidad y la dependencia se ha disparado; y ello ha conllevado una tensión creciente en la demanda de asistencia que reciben los hospitales. Me refiero a que para ser eficaz en el tratamiento de un proceso agudo se requiere habilidad profesional, especialización y a menudo tecnología, pero casi contradictoriamente resulta mucho más complejo mejorar la calidad de vida de los pacientes con enfermedades crónicas o degenerativas, ya que en estos episodios se precisa la implicación del propio paciente en un proceso formativo que le ayude a comprender mejor qué le pasa y sobre todo se debe evitar que el enfermo crónico se convierta en un adicto consumidor de servicios sanitarios innecesarios.
Los hospitales deberán ser más eficientes en el uso de recursos. Los servicios diagnósticos y terapéuticos se deberán desburocratizar. Hay que promocionar la implicación de médicos y enfermeras en su propia gestión clínica y hay que clarificar cuál va a ser la base de la evaluación de su trabajo. Pero la clave del futuro de los sistemas sanitarios, por encima de la eficacia y de la eficiencia es la efectividad. Nada tiene sentido si los resultados clínicos no mejoran, o si los objetivos terapéuticos para un paciente no están claros. Estamos viendo como Michael Porter está desarrollando un modelo de catalogación de los resultados de la actuación sanitaria sobre la calidad de vida de los pacientes, y como desde muchas mutuas públicas y privadas se levantan voces a favor de incentivar a los médicos en función de la consecución de objetivos de salud más que en las tarifas de la actividad que realizan, por ello creo (y espero) que no tardaremos a ver la creación de equipos multidisciplinares que en base a la mejora de resultados trabajaran indistintamente en el ámbito de la asistencia primaria, en el domicilio de los pacientes y en los ámbitos más especializados de los hospitales. Según algunos autores, como el mismo Porter, el ámbito del conocimiento, de la innovación y de la investigación se va a mudar desde las especialidades académicas como las conocemos hoy en día, a los especialistas en dirigir equipos que actuarán en distintos niveles asistenciales y que tendrán como único objetivo las mejoras en la calidad de vida de determinados grupos de pacientes con enfermedades complejas: oncológicas, crónicas o degenerativas.
Jordi Varela i Pedragosa es Director gerente del Hospital de Sant Pau de Barcelona
Publicado en "El Hospital del Futuro: Las ideas de los expertos"
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