De entrada, resulta ineludible señalar que solo se puede identificar su futuro en el camino de la mejora continua, asistencial, en la gestión eficiente de sus recursos, lo que incluye intentar la reducción, o al menos, la estabilización del coste de la atención a las necesidades de los pacientes, y en lo que corresponde a su capacitación para gestionar el cambio organizacional, identificativo de lo que parece que resulta finalmente el escenario que se está consolidando como definitorio de una nueva época llena de incertidumbres y amenazas, por tanto también de oportunidades.
Si creo que deberá especializarse, a nivel asistencial y en el seno de la institución de la que forme parte, lo que significa que su misión debería establecerse teniendo en cuenta la capacidad global de respuesta del sistema sanitario o de la institución privada a la que pertenezca, con objeto de garantizar la continuidad en el proceso de prestación del servicio, es decir, la calidad de la prestación y la gestión eficiente de los recursos. En el mismo sentido, coordinado con el sistema social con objeto de prevenir complicaciones en la evolución de la enfermedad de los pacientes a distancia (en su domicilio habitual), así como en la idea de garantizar el cumplimiento de las recomendaciones que el mismo reciba respecto del seguimiento y control de su proceso de salud por parte de otros intervinientes (sanitarios, cuidadores o familiares).
Procede anotar que, como parte intrínseca de la sociedad civil a la que pertenece y por su grado de capacitación, deberá establecer y normalizar en sus planes, las políticas de investigación y de desarrollo de nuevos productos en colaboración con otros hospitales y otros centros sanitarios o sociosanitarios, las universidades y con las empresas del sector.
No me resisto a dejar constancia, no porque no haya sido suficientemente enfatizado si no mas bien a expensas de lo “discutido en voz baja” respecto de la eficacia del planteamiento (una cosa es lo que se dice que hay que hacer y otra muy distinta lo que realmente se hace y el por qué), que el hospital del futuro (y del presente sin duda), debería ser gestionado de manera descentralizada/particularizada en la búsqueda de su distintivo de marca y preparado para competir, afectado y sometido al proceso de diseño y desarrollo de una auténtica dirección participativa por objetivos bajo el patrón metodológico de la planificación estratégica y controlado en el despliegue de los planes, de los objetivos y de sus desviaciones por un sistema de gestión de calidad incluyente y eficaz (ISO, EFQM, Joint Comissión, todos ellos si fuera necesario, o cualquier otro que demuestre que aporta valor añadido), lo que significa además, que debe servir para mejorar la percepción que los ciudadanos tienen de los servicios, incluyendo la calidad percibida y la accesibilidad a los mismos.
Sin duda, preposicionado desde ya y posicionado a corto plazo, para incluir en su desarrollo organizativo la opción de las nuevas tecnologías. En tiempo real y aún asumiendo que nuestro país se está adaptando razonablemente al proceso de penetración de las TIC en nuestros hospitales, se puede constatar un retraso que pudiera deberse a problemas de financiación, aunque también a ciertos desajustes entre el producto que existe en el mercado y el comprador (el hospital o la institución a la que pertenece), que establece unos requisitos que a veces no cumple el fabricante. En todo caso solo procede avanzar el la implantación de las opciones TIC (historia clínica digital, la prescripción electrónica, la telemedicina, la utilización de la monitorización domiciliaria para el seguimiento de pacientes crónicos, la receta electrónica, etc.) y establecer el inevitable cambio en la organización asistencial que se derive o que resulte necesario para hacerlo.
Quisiera señalar finalmente que el hospital del futuro debe trabajar en la sostenibilidad respecto del consumo energético, y, asimismo, debe mostrarse abierto a la adaptación de sus infraestructuras a los nuevos sistemas de energías renovables no contaminantes, lo que estas alturas y analizando a mínimos el contexto general y la evolución del precio de las materias primas parece evidente.
Modoaldo Garrido es Gerente del Hospital de la Fuenfria en Madrid
Publicado en "El Hospital del Futuro: Las ideas de los expertos"
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