Hace una década empezaron a publicarse los primeros y prometedores trabajos sobre Medicina Individualizada. Desde entonces numerosos estudios han coincidido en apuntar que este innovador abordaje supone un avance en eficacia y en seguridad para los pacientes, incidiendo también positivamente todo ello en un mejor uso racional del medicamento vs gasto farmacéutico.
Sin embargo, esta Medicina más eficaz, segura y eficiente aún se encuentra con dificultades para imponerse dentro de la atención hospitalaria. A día de hoy, son aún pocos los hospitales españoles en los que se trabaja ampliamente en su desarrollo (casi exclusivamente en los grandes hospitales universitarios de nivel terciario). Además, el conocimiento sobre el verdadero alcance de la Medicina Individualizada todavía es escaso entre los gestores sanitarios. Por otro lado, se mantiene cierta controversia sobre su impacto en la sostenibilidad de los sistemas sanitarios.
Estas dudas, déficits y temores se están superando con el paso de los años, pero a una velocidad demasiado lenta y teniendo que sortear obstáculos muchas veces incomprensibles. A diferencia de lo que sucedía en los albores de esta tendencia, ahora no hay tiempo para las dudas, para la pasividad y la inactividad. Si no se produce una reacción rápida y contundente de las autoridades políticas y sanitarias, los gestores, los investigadores y los clínicos, España corre el peligro de perder este tren. No se trata de un tren cualquiera: la Medicina Individualizada pasa por ser en estos momentos “la alta velocidad” que llevará a cambiar definitivamente la forma de prevenir, predecir, diagnosticar, tratar y seguir la evolución de las enfermedades.
En este contexto, los hospitales pueden y deben jugar un papel esencial: tienen que situarse al frente, como locomotora de un progreso exigido y esperado por los ciudadanos. Y para que copen el protagonismo requerido resulta esencial que acometan cambios estructurales y conceptuales, que se extiendan desde la gestión y organización de procesos hasta la formación y la actuación clínica. En todo este cambio resulta imprescindible un mayor desarrollo de los sistemas de información; la historia clínica electrónica y su compatibilidad con las bases de datos provenientes del diagnóstico molecular serán claves en el futuro inmediato, así como el desarrollo de los biobancos y la investigación traslacional; la investigación orientada al paciente no debe ser exclusiva de los centros de investigación, sino que es deseable que se haga también en/con los hospitales universitarios.
Como asignaturas pendientes, los hospitales deben empezar por reorganizar y reforzar su actuación en medicina molecular, generar bases de datos, crear una estructura que vincule la actividad asistencial y la investigadora, fomentar la creación de un biobanco (si no dispone ya de él), acordar la realización de ensayos clínicos en los ámbitos implicados en Medicina Individualizada y alcanzar acuerdos de colaboración con las industrias relacionadas. Diseminar el conocimiento desarrollado es también tarea fundamental del hospital, como debe serlo igualmente la identificación de costes y de resultados alcanzados con los pacientes desde la perspectiva de la supervivencia y calidad de vida.
Dr. Jaime del Barrio. Director General del Instituto Roche. Ex-Consejero de Sanidad, Consumo y Bienestar Social del Gobierno de Cantabria
Publicado en "El Hospital del Futuro: Las ideas de los expertos"
No hay comentarios:
Publicar un comentario